"El olor de la tierra exalta nuestras raíces"

miércoles, 4 de junio de 2008

"El olor de la tierra" - Post 3

El individuo como centro de decisión

El hombre, antes que miembro de un grupo social, el que sea, es individuo de la especie humana, sujeto a derechos, obligaciones y oportunidades para desarrollar su destino natural o personal. Los sistemas sociales, de convivencia, para ser eficaces, deben organizarse a partir de la base del individuo solo. Si estos sistemas alteran la capacidad de decisión individual para agregarse a un proyecto colectivo, además de ser injustos con las leyes naturales están siendo ineficaces socialmente. Cuando un sistema político, en una organización social, antepone los intereses colectivos a los personales o antepone derechos territoriales a los personales, está siendo injusto e ilegitimo.

La ingerencia, por parte de los poderes establecidos, en la capacidad de obrar de las personas, interfiriendo en la toma de relaciones sociales surgidas de las libres y espontáneas voluntades, supone un atentado de incalculable envergadura en su desarrollo vital y en las metas a conseguir de un fenómeno que debe considerarse, aunque masificado por ser 6.000 millones, único.

(La sociedad debe estar regulada, sí. Pero esa regulación debe tener el objetivo de facilitar a cada uno de los individuos su desarrollo, según sus posibilidades, en función de sus necesidades. Cuando la regulación es para conseguir un objetivo social superior, independiente a la suma de los objetivos individuales de cada una de las personas, evaluado por un dirigente o un conjunto de ellos introduciendo normas que interfieren en la determinación del precio por parte de los demandantes y los oferentes, estamos introduciendo agravios comparativos e ineficacia en las relaciones entre las personas)

La persona, su libertad, la capacidad de obrar, la asunción del riesgo y la obtención del premio dentro de unas reglas básicas de convivencia, donde se elimine fundamentalmente la eficacia de la fuerza bruta y el engaño, han de ser el eje central de cualquier organización social y política.

La justicia, las leyes deben ser el antídoto que por su coste o valor deben tener claros los individuos que incivicamente vulneren esas reglas. En la naturaleza, en el corto plazo, no se suelen tener segundas oportunidades.

La civilización, las sociedades desarrolladas y solidarias deberían medirse, no en función de la igualdad de sus individuos, que podría calificarse de alineación, sino por la igualdad de oportunidades de todos y cada uno de los miembros que se incorporan a ellas para su desarrollo personal pleno.

La información como base de cálculo

Podría valorarse las oportunidades de un individuo que nace. El individuo y la propiedad privada como base para la correcta formación de los precios de las cosas. Un individuo que al nacer se encontrara con la capacidad de disponer de todos los recursos existentes a su alcance, estos siempre serán limitados. La capacidad de regeneración de los recursos es limitada como se ha demostrado a lo largo de la historia. Se ha tenido que trabajar, se ha tenido que estudiar para buscar mayor eficacia en la regeneración. La propiedad privada, además de reconocer derechos adquiridos, determina el valor de intercambio que esos bienes tienen para cada uno de sus legítimos propietarios.

La información sobre las existencias de los bienes deseados, sobre las existencias de los bienes alternativos, de sus legítimos propietarios y del valor de intercambio que estos tienen para sus propietarios, amplía las posibilidades de mejorar la eficacia de los individuos en la consecución de sus objetivos.

(Los aranceles, con la excusa de proteger, interfieren en el libre mercado beneficiando a unos en perjuicio de otros que deben pagar más por una misma cosa, y normalmente condenan en los mercados a los propietarios que por sus circunstancias están dispuestos a intercambiar a un precio menor)

La educación como herramienta para manejar la información y elegir lo más correcto

Es la educación el factor más importante en el desarrollo personal. Mediante la educación como guía, formación e instrucción la sociedad transmite al nuevo individuo su activo más importante, el conocimiento.

La educación también es la herramienta de socialización de los nuevos individuos. La integración en la sociedad, con sus normas y costumbres, a través de la educación debe considerarse para el desarrollo del individuo en la sociedad y no para el desarrollo de la sociedad por el individuo.

La igualdad de oportunidades en la obtención de la mejor educación/formación posible de los nuevos individuos que se incorporan a la sociedad, independientemente a sus condiciones de origen, es la mejor definición del grado de desarrollo de una sociedad. Además, dotando a cada uno de sus miembros con la mejor educación posible que ellos estén dispuestos o preparados a recibir, la sociedad se garantiza su mejor desarrollo conjunto.

Para este caso, y fundamentalmente por su trascendencia, no es lo mismo la igualdad de oportunidades al acceso a la mejor educación que la educación igual para todos.

El aspecto crítico como base de la enseñanza y como forma de asimilar la realidad, priorizando el estudio de las fuerzas e intereses que intervienen en cada uno de los hechos y por tanto de sus consecuencias personales y colectivas, el relativismo, formatea las mentes de los estudiantes para, si fuera necesario, implicarse, revelarse, mejorarse y prosperar.

Me explicaré

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