En la crisis inmobiliaria es donde se sintetiza la crisis actual, la crisis financiera. Ha sido la escusa de que los inmuebles, bienes raíces susceptibles de ser hipotecados en garantía de préstamos, no bajan de precio lo que ha permitido esta locura del sistema financiero, en especial el español que como siempre ha demostrado el atraso de nuestra economía, en endeudarse hasta las cejas para inyectar ingentes cantidades de ahorro a la economía. Esto ha provocado una década de expansión en todos los sectores motivada por el tirón del consumo privado. La escusa no era cierta, los inmuebles también bajan de precio. No es la primera crisis inmobiliaria que pasaremos.
Es una crisis financiera porque en realidad quién tiene el problema son las Cajas y los Bancos. Éstos, con su actitud de negocio fácil y buenas comisiones han hecho posible la expansión del negocio inmobiliario facilitando cualquier operación sin criterios de riesgo. La inmobiliarias se han limitado a ser intermediarios técnicos que a la llegada de la crisis han puesto los negocios en la mesa de sus auténticos dueños, las Cajas y los Bancos.
Ahora, éstos tienen que gestionar el patrimonio heredado y para ello contratan a los CEO's, también con buenos sueldos, de las inmobiliarias que han hecho posible este desaguisado en connivencia con las Cajas y Bancos. Bien antes, bien ahora. La crisis será para los mismos de siempre.
Negros subsaharianos, Americanos latinos comienzan a deambular por las obras en demanda de trabajo, de una peonada. Los pocos que todavía tenemos la posibilidad de darles algo de trabajo, que no se nos ocurra porque incumplimos no sé que cantidad de leyes y normas. A estos no los llamarán ni las Cajas, ni los Bancos, ni la oficina de empleo.
El liberalismo, la globalización, malo. El intervencionismo, la regulación, el proteccionismo, bueno.
La culpa es de George W. Bush, por supuesto.
