Ayer se manifestaron en Barcelona unas 6.000 personas denunciando que no son los territorios los que tienen una lengua sino los ciudadanos que viven en ellos. Reclamaban que la administración NO impusiera una única lengua en la enseñanza.
Por mi procedencia e intereses, trato con personal de las administraciones de Castilla y León en castellano. Por mi residencia e intereses, trato con personal de las administraciones de Catalunya en català.
Cuando los encuentro en sus "seguros" puestos de trabajo pagados por todos nosotros, no tengo ningún problema en utilizar la lengua políticamente correcta del lugar. Eso si, cuando los encuentro. Ahora bien, si los encuentro, dura tanto cualquier expediente, y te los informan con tanto nivel lingüístico que acabas, por reiteración, aprendiendo. El problema es que el aprendizaje dura mucho.
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