"El olor de la tierra exalta nuestras raíces"

miércoles, 10 de octubre de 2007

Europa sí, España no

Con la perdida de Cuba, en 1.898, se tocó fin en el ideario Español. Antes, en 1.810, en plena Guerra por la liberación de España de la invasión Napoleónica, se celebró en Cádiz una Asamblea Constituyente con el objetivo de crear un cuerpo legislativo de carácter liberal con el que desarrollar un nuevo orden social que acabara con la sociedad estamental que había caracterizado a España hasta ese momento. Las Juntas Locales y Regionales de defensa, contrarias a la figura de José I, que participaron en la creación de la Junta Suprema Central, promotora de las Cortes de Cádiz, estaban representando a todas las provincias españolas, territorios americanos y de Filipinas, y estaban compuestas por militares, funcionarios, profesores y el clero. Existían tres tendencias, los Absolutistas partidarios del regreso de los Borbones, los reformistas ilustrados no rupturistas, Jovellanos, y los Liberales con ganas de reformas profundas inspiradas en la Revolución Francesa. El resultado de todo fue LA PEPA, una constitución basada en el principio de Soberanía Nacional, aunque con la monarquía como forma de gobierno, la división de poderes, el derecho a la libertad de expresión, a la inviolabilidad del domicilio, la igualdad jurídica , etc. En fin, una virguería para la época. Fernando VII, el deseado, nos salió el Rey Felón. Se la cargó en cuanto le dieron el poder después de la derrota de los franceses. Nos salió absoluto y no quiso firmar su sometimiento a la PEPA. Vuelta para atrás. Pero su no descendencia nos permitiría ver quien estaba detrás de estas movidas. Los partidarios de la sucesión en su hermano Carlos, los más conservadores del espectro del momento, pretendían la vuelta al Antiguo Régimen Absolutista en contra de los pequeños avances que supuso la Regencia de María Cristina, y después la sucesora Isabel II, en su acercamiento a los liberales. Los Carlistas, pretendían la Monarquía Absoluta, la vuelta de la inquisición y el mantenimiento de los privilegios de la Iglesia y del Estado, la restauración de la totalidad de los fueros con el apoyo de amplias zonas que los habían disfrutado como Aragón, Valencia y Cataluña, y también de los que los disfrutaban como país Vasco y Navarra. Las Guerras Carlistas durante el siglo XIX contra Isabel II, en el fondo guerras civiles, desembocaron en la Gran Guerra Civil del Siglo XX. Cuantas fueron y quienes jugaron es importante para el resultado.
Franco trajo, entonces, cuarenta años de Paz al estilo ZP. Paz sin libertad.
Ahora mantenemos la creencia firme de que España, como con la perdida de Cuba, sigue sin valer nada, aunque casi todos los que así opinan tienen tres casas y buenos coches, y poco trabajo. Ahora lo que toca es modernizar las Guerras Carlistas para luchar por nuestros fueros, en forma de más Autonomía hasta la Independencia, porque es en las Nacionalidades donde realmente se vive la Libertad. La Constitución del 78, que nos ha igualado a todos los Españoles ante la Ley, que ha permitido que los políticos de las Autonomías escogidos libremente para gobernar en las nacionalidades libres, que no independientes, exijan el cambio de la constitución para obtener el máximo de fueros, la independencia, por ser esta una constitución opresora de los pueblos de España. No aclaran si también del pueblo Español. Simplemente niegan su existencia. España, su constitución, que nos ha permitido estar en Europa, vuelve ha ser un obstáculo para el desarrollo de la Europa de las Regiones. Europa sí, España para qué.
Afán constructivo. Afán de superación, Grandes miras, pequeños objetivos. Así nos va a todos juntos en la escena internacional.

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